Soy la tercera generación que hace de su trabajo un estilo de vida.
Casi 19 años dirigiendo Boutique Plaza Cantarero hacen que me enorgullezca de todas las experiencias vividas, de todas las personas que he podido conocer y que desearía conocer de aquí en adelante. En esta casa he pasado parte de mi infancia con mis abuelos.
Me case y forme una familia de 4, mis hijos Pepe y Jimena, quienes tienen una ventana al mundo recibiendo y conociendo a personas de nacionalidades de distintas partes del mundo.
Boutique Plaza Cantarero es reconocido por ser acogedor, hogareño y de un trato muy personalizado invitando al viajero a volver, como muchos clientes que pasado casi una década decidieron volver a visitarnos o por el contrario a quienes nos visitan cada año y deciden siempre hospedarse en sus mismas habitaciones, como de una segunda vivienda se tratase.
Después de que mi madre decidiera hacer un pequeño Hospedaje en esta casa, pasaron 5 años hasta que yo me pusiera al frente de la dirección, fue muy temprano cuando deseaba intentarlo, ya que mis padres y mis abuelos poseían otros alojamientos muy reconocidos internacionalmente en nuestra localidad entre ellos (Hotel Fontainebleau)
Casi no me lo creo que mi madre aceptara a que dirigiese el establecimiento, teniendo en cuenta de que ella apostara a que no aguantaría ni 6 meses por mi falta de experiencia, pues ya han pasado 18 años de ese primer enero del 2003, aún seguimos con la misma ilusión y con ganas de hacer muchas más cosas para hacer de la estancia de mis huéspedes sean bellos recuerdos.
He aprendido mucho de esta profesión al igual que grandes amigos que los considero de mi familia, por todo lo que hemos podido compartir a modo personal con nuestras respectivas familias.
No tenemos grandes lujos, pero eso dependerá de quien opine, consideramos que el tener un respiro de la rutina, disfrutar de familia y amigos, despertar y poder observar grandes amaneceres, o puestas de sol que se grabaran en la retina, noches largas de sueño, siestas sin prisas, textiles naturales que te abrazan para un feliz descanso, salir y entrar para degustar los restaurantes locales que nos rodean, todos esos simples placeres de la vida se convierten en un verdadero lujo.
Si deseas tener una vivencia y aún no nos conoces ven a visitarnos, te estaremos esperando.
Después de todo lo vivido con la pandemia, es mucho más que gratificante saber que somos cómplices en ayudarles a tener una bonitas vacaciones.